La tribu Seminole de Florida apoya al gobernador Ron DeSantis (arriba) en el caso de las apuestas deportivas que se dirime en el Tribunal Supremo de Florida. El tribunal aprobó hace poco la solicitud de la tribu de presentar un informe amicus. Este permite a la tribu presentar su perspectiva en una contienda legal que gira en torno al pacto de la tribu con el estado.
Controversia sobre el pacto
La clave del enfrentamiento jurídico es el pacto de la tribu seminola con Florida, que suscita dudas sobre la autoridad del gobernador y la asamblea legislativa para aprobarlo. El polémico acuerdo, entre otras disposiciones, concede a la tribu derechos exclusivos para ofrecer apuestas deportivas en línea a través de un modelo único “hub-and-spoke”.
Este modelo consiste en dirigir las apuestas en línea a través de servidores situados en territorio tribal, de conformidad con la Ley Reguladora del Juego Indígena (IGRA).
Obstáculos judiciales difíciles
El campo de batalla legal se extiende más allá del Tribunal Supremo de Florida, con los operadores de apuestas parimutuales West Flagler Associates y Bonita-Fort Myers Corporation, que impugnaron el pacto ante tribunales estatales y federales. West Flagler sostiene que el gobernador y la legislatura se extralimitaron en su autoridad al aprobar el pacto. Asimismo, citó una disposición constitucional de 2018 que restringe la expansión de los “juegos de casino” sin la aprobación de los votantes. El panorama se vuelve más turbio porque No Casinos, una organización contraria al juego y autora de la enmienda constitucional, presenta un amicus brief que apoya la posición de West Flagler.
Aparte de las dificultades jurídicas, la postura ambigua de la tribu a?ade una capa de complejidad. El estatus de la tribu como “parte necesaria”, un concepto fundamental en la legislación estadounidense, está bajo escrutinio. Sin embargo, la soberanía tribal plantea un desafío único e impide que los Seminoles sean incluidos como parte nombrada en la demanda. La fiscal general de Florida, Ashley Moody, insiste en este punto e insta al tribunal a desestimar la petición de West Flagler.
A medida que se desarrolla el drama legal, surge otra dimensión a nivel nacional, con una demanda separada que avanza en el Tribunal Supremo de EE.UU. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, concede una prórroga para que West Flagler presente una petición formal. Esto le permite al Tribunal Supremo de Florida pronunciarse antes de que el caso llegue al más alto tribunal del país. La intrincada interacción de la soberanía tribal, las disposiciones constitucionales y las estrategias jurídicas destacan la complejidad de la contienda sobre el futuro de las apuestas deportivas en Florida.
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